POR AGESTA
Para tener muy presente.
El escritor Napoleón Hill decía que mucho de su éxito lo debía al Programa de Mentores espirituales, que el llamaba LOS CONSEJEROS INVISIBLES.
Hill, se reunía imaginariamente todas las noches con personas desencarnadas que el admiraba. Se imaginaba una oficina con una mesa y unos asientos y el dirigía la reunión. Este ejercicio se convirtió en algo tan real para él, que lo suspendió por temor durante un tiempo, pero luego viendo los beneficios que le reportaba, lo usaba noche tras noche.
Con esta práctica, podemos adquirir las cualidades de esas personas y vibrar en su misma frecuencia.
Lo podemos hacer con Seres Queridos o personas que admiremos. Yo lo hago hace muchos años y voy cambiando de personajes de cuando en cuando. Es algo enriquecedor, pues se desarrolla la intuición y se fortalecen los vínculos con esas personas mas allá del tiempo.
Asegúrense de elegir gente con buenas vibraciones y que ustedes aprecien.
Felíz fín de semana. José Gabriel Agesta.
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