SANAR NUESTRO ADN





En los talleres de Todo Amor, una de las actividades que se lleva a cabo es la de sanar tu ADN.

¿En Qué Consiste Sanar Nuestro ADN?

Dentro de nosotros existe un ser perfecto. Ese ser perfecto guarda la memoria de la perfección, es sólo cuestión de saber acceder a ella para sanar a todos los niveles, tanto físico como espiritual. Ese ser perfecto es nuestro núcleo, el origen de quién somos.


¿Entonces Por Qué Estamos Enfermos A Nivel Físico Y Emocional?

A lo largo de los tiempos, nuestra estancia como raza humana en este plano terrenal ha ido modificando nuestra estructura, tanto a nivel energética como física. Nuestro comportamiento, orientado hacia la supervivencia y la supremacía como raza, ha resultado en modificaciones en nuestros genes. Hoy en día, el resultado es tangible. El ser humano puede sobrevivir en cualquier ambiente. El ser humano domina totalmente su entorno y ejerce una superioridad sobre todas las otras razas en este planeta.
Pero estos resultados se han conseguido pagando un precio excesivamente alto. Hemos conseguido esa supremacía alejándonos de ese ser perfecto interior y enfocando nuestra atención hacia lo exterior para dominarlo y amaestrarlo. Hemos perdido el equilibrio entre nuestra conciencia espiritual y nuestra conciencia material, volcándonos totalmente hacia fuera, hacia lo externo y lo material.
Ha llegado el momento de enderezar la balanza, de volver al equilibrio entre lo externo y lo interno para llegar a la realización de lo que son, al fin y al cabo, sólo conceptos aleatorios que hemos creado para poder experimentar esa realidad.


¿Y Qué Tiene Que Ver Esto Con El ADN?

El ADN, en parte, es la memoria genética de la evolución de la raza humana. Dentro de tí, esa doble hélice de ADN que tienes dentro de cada célula de tu cuerpo, guarda un registro completo de todo lo que representa la raza humana en su evolución a través de los tiempos.


¿Cómo Influye Esto En Mí Día A Día?

Nuestro comportamiento está constantemente influenciado por, no solamente quienes somos como personas, sino también quienes somos como raza. Llevamos con nosotros el 'bagaje herencial' de nuestra raza, transmitido por nuestros padres y por nuestro entorno socio-cultural. Nuestro ADN es el portal a través del cual podemos acceder a la historia colectiva de la raza humana manifiesta en cada uno de nosotros.
Nos comportamos como seres humanos, y a veces ese comportamiento está muy alejado de ese ser perfecto, ese Yo Interior que está muy por encima de ese comportamiento como raza orientada hacia la supervivencia y la supremacía. Un ejemplo es la frase 'es humano', que viene a ser la manera que se usa con frecuencia para exculpar un comportamiento agresivo o de miedo.
Pero El ADN Es Más Que Eso...
El ADN investigado por científicos, constituye sólo el 10% de la cadena completa que contiene el genoma humano. El resto se considera como 'ADN Basura', sin utilidad para la comunidad científica mundial. Pero no todos.
El 14 de julio del 2000, cuando se anunció la descodificación del ADN del ser humano, el presidente Bill Clinton anunció al mundo en una conferencia de prensa: "Hoy estamos aprendiendo el lenguaje que Dios usó para crear vida. Somos más conscientes de la complejidad, la belleza y la maravilla del regalo más sagrado y divino." Ahora bien, lo interesante es que ese discurso fue elaborado en colaboración con el científico experto en genética Francis S. Collins, como lo describe en su libro 'The Language of God' ("El lenguaje de Dios").
Hay un parte de nuestro ADN que va más allá de un simple registro de nuestro pasado evolutivo como raza humana. Hay una parte que se llama el 'ADN espiritual', que consiste en un método de contacto con ese Ser Perfecto que está en nosotros.



En resumen
hay una parte de nuestro ADN orientado hacia la tierra. El ADN que estudian los científicos y que representa la raza humana y su evolución a través de los tiempos. Otra parte está orientada hacia el Universo, el lado espiritual. El ser humano, en su estado puro, represente el perfecto equilibrio entre ambos planos, lo terrenal y lo espiritual.
En una situación de equilibrio, las partes espirituales y terrenales de nuestro ADN están en contacto, la parte espiritual dirige y guía la parte terrenal. De ese modo, somos seres de luz guiando un cuerpo terrenal. Pero hemos perdido ese contacto, y por eso nuestro ADN está enfermo. Nos hemos desconectado de esa parte espiritual de la doble helice.
El concepto de sanación es convertirnos en el punto intermedio entre el cielo y la tierra. Entre el 'TODO' del Universo y el 'AMOR' de la Tierra. Cuando sanamos nuestro ADN, nos conectamos con la parte espiritual para sanar la parte terrenal, abandonando los patrones heredados del pasado que nos hacen enfermar tanto físicamente como emocionalmente.


Sanando Tu ADN

Sanar tu ADN consiste en 'volver a casa'. Sanar tu ADN consiste en volver a conectar el ADN espiritual y el ADN terrenal, que ahora mismo están separados uno del otro. De esa manera, reestableces el equilibrio perdido entre tu lado espiritual, tu Yo Perfecto, y el Ego Terrenal.
Cuando eso ocurre, puedes abandonar patrones destructivos basados en el miedo y el odio que han servido durante milenios para sobrevivir y dominar, pero ahora han caducado como métodos de comportamiento de la raza humana, y ya no es necesario hacer ninguna de las dos cosas en el mundo en que vivimos.


¿Y Cómo Lo Hacemos?

El proceso de sanación más eficaz es cuando hay una parte cognitiva y una parte intuitiva. La parte cognitiva abarca un enfoque consciente y de comprensión para tratar un problema. La parte intuitiva fluye con el Universo y se conecta con el Yo Interior para llevar a cabo la sanación.
Frase Zen: '¿Cuál es la diferencia entre una flor, que representa la iluminación perfecta, y un Maestro Zen Iluminado? El Maestro Zen sabe que está iluminado, la flor no'.
Enfocando nuestra atención cognitiva hacia la unión de las dos partes de nuestro ADN, la parte material y la parte espiritual, usaremos ese acto cognitivo como un portal hacia lo intuitivo para llevar a cabo el proceso de sanación.