Esta celebración tiene su origen en el Nuevo Testamento, donde se cuenta que los Reyes Melchor, Gaspar y Baltasar viajaron durante la noche desde los confines más remotos de la tierra para traerle regalos a Jesús, a quien reconocían como el Hijo de Dios. Aparte de la majestuosidad, los Reyes Magos son descritos como sabios, cuya sabiduría proviene precisamente del reconocimiento de la divinidad de Jesús. Llegaron de tres lugares diferentes siguiendo la luz de la estrella de Belén, que, según cuentan, estuvo colgada varios días sobre el pesebre donde la Virgen María dio a luz.
En 1885, el Gobierno de España convocó una cabalgata para honrar esta festividad tan especial. Mientras que las escrituras tradicionales cuentan que le regalaron mirra, oro e incienso al Niño Jesús, en estos tiempos los Reyes son más proclives a traer caramelos y regalos más prácticos. Sin embargo, se mantiene como una emotiva tradición y es la cabalgata más larga de España.
La tradición más querida entre los niños durante las Navidades en España son Los Reyes Magos.
Cuando llega diciembre, todos los niños de España y Latinoamérica empiezan a escribir sus cartas a los Reyes Magos o a su Rey favorito: Gaspar, Melchor o Baltasar. Les piden las cosas que les gustaría recibir la mañana del 6 de enero (día en que se reparten los regalos) y también cuentan su comportamiento durante el año. Si los niños han sido buenos, reciben regalos, pero si han sido malos reciben un trozo de carbón.
Sus Majestades viajan en camellos y debido a esto cuando vienen del este, tardan en llegar a España. Una vez aquí, visitan todas las ciudades y pueblos, y escuchan las peticiones de los niños, después de la Cabalgata. En la noche del día 5, los niños ponen sus zapatos en la puerta antes de ir a dormir, así los Reyes saben cuantos niños viven allí. También ponen algo para que los Reyes coman y beban, así como agua y hierba para los camellos (es verdad, pueden pasar un mes o más sin beber agua, pero esa noche tienen mucho que hacer, así que necesitan un extra).
La mañana del 6 de enero, Día de Reyes, los niños encuentran sus regalos dentro y fuera de sus zapatos (no es habitual que sus Majestades dejen carbón, porque ningún niño se porta tan mal, y mucha gente dice que no es verdad que los niños traviesos reciban sólo carbón. La comida y la bebida de los platos ha desaparecido. Los niños comienzan a jugar, y a esperar a que el próximo 5 de enero vuelva.
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