Para disfrutar algo que dices que no te gusta por capricho mental, habría que comenzar por comprender que cuantas más veces sigas en esa actitud de tomar estas cosas con rechazo, las mismas más veces te traerán problemas. Dicho de otra forma: lo que dices que no te gusta, en lo profundo estás diciendo que podrías deshacerte de ese gusto a no gustarte.
Mira esto: muchas veces has tenido que hacer cosas que decías que no te gustaban cuando en realidad nacían de un recelo, de un resentimiento añejo y falto de comprensión. Entonces... ¿no te sería menos molesto el ir hacia estas cosas con otra disposición más abierta? Y por otra parte, si no te abres más a la vida, ya sabes por experiencia que la vida (tú) te va a seguir poniendo repetidamente ante estos obstáculos porque en verdad, lo que Eres, lo que Somos, sólo desea que seas libre de todo aquello que te niega la felicidad que te espera sin esperas. Libre de toda cárcel.
Un no me gusta algo, en este mismo contexto, es una señal de aviso de que algo no va bien. Una vez que te liberes de ello, dejarás de tener ese impedimento. Dejarás de tener que seguir pasando por los no me gustan. Si lo miras bien, a nadie le gusta tener que enfrentar situaciones que no gustan. ¿Parece ahora profundo dicho así? Pero comprendemos que algunas veces puede ser necesario para liberar cárceles internas. En realidad es profundo que mediante un sencillo mecanismo de comprensión puedas acceder a mirar estas cosas de forma diferente. Y como acabamos de decir también, es sencillo. Todo lo profundo nace de una sencillez, al contrario de todo lo que catalogamos de antemano como no gustarnos. Eso ya nace de algo aprendido inadecuadamente. Y aludimos a lo inadecuado porque no es algo natural estar o ponerse en contra de cosas de las que cualquier otra persona puede disfrutar.
La diferencia (explicado así puede ser más claro) entre alguien que disfruta de algo y aquel que no puede ejercer el mismo disfrute de la misma cosa, es que la primera no se contaminó de las influencias negativas que absorbió la segunda para no permitirle/se poder tener un contacto natural con todo lo que es natural por naturaleza. Y te harías un gran favor por comprender también que son lo que son: caprichos de la energía enferma de la mente.
Tu mente está bien, no le ocurre ninguna anomalía. De lo que hablamos que no funciona es de cierto contenido en ella. Son pensamientos que el pensador puso ahí. Y esos pensamientos que son contrarios a tu felicidad, es lo que te estanca. ¿Cómo hacerlo? Pon primero la intención (si ya has comprendido que nace todo eso de un capricho mental) de querer de verdad mirar de forma diferente aquello que tantas veces te has dicho que no te gusta.
Al empezar a mirarlo de otra forma, algo va a cambiar en ti. Pero si no haces por dar el primer paso de la intención, nada cambiará. Absolutamente nada. Y seguirás sufriendo cada vez que tengas que hacer algo que te has enseñado a ti mismo/a a decirte que eso no, cuando lo puedes ver hacer en otras personas disfrutando de ello mismo. Ponemos hoy el ejemplo de un plato de comida que alguien dice que no le gusta. No es tan importante analizar de donde nació esta ¨disfunción¨ o contrariedad a ingerir un plato de comida que le gusta a otros, como saber que es el resultado de haberse introyectado a sí mismo una sensación de rechazo creada, no real.
Otros tienen grandes problemas que se han creado al mirar y querer o decidir ver que al mundo le va mal. Y para aceptar que el mundo que te rodea pueda tener experiencias que no correspondan con nuestra verdadera naturaleza, que te desagradan aún, que dices no poder con ellas, sólo tienes que comprender que esa es la experiencia de vida que eligieron tener todos y cada uno.
Sentimos que cada alma elige las experiencias que va a tener en esta experiencia humana. Y todas las experiencias están relacionadas con la evolución. No lo decimos por tranquilizar a nadie, tú estás teniendo las tuyas propias y puede que a muchos no les desagraden ciertas cosas que haces. Es bien probable que estés acercándote a unos momentos de encajar a fondo que eres el responsable absoluto de tu vida. De saber que todo cuanto llega a tu vida, lo atraes tú, lo creas tú, lo vives tú.
Se acercan nuevos cultivos como resultado de tantas semillas que has ido sembrando en el camino. Estas en plena recolección, la existencia nunca te abandona. Quieres lo mejor para ti y sabes ya cómo hacerlo. Ahora sólo te falta poner manos a la obra sin dejar atrás ningún cimiento aislado. Tú puedes y lo sabes. Toma las riendas de tu vida y disfrútalo todo.
SIÉNTETE BIEN
Hasta siempre y un abrazo eterno…
LA VERDAD por
Leticia R. Villaseñor & Javier G. Delgado
trabajadoresdelaluz.com.ar
Leticia R. Villaseñor & Javier G. Delgado
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