LA VIDA COMIENZA DONDE EL MIEDO TERMINA

















La naturaleza humana, sabiamente estructurada nos da dentro de las muchas reacciones que podemos sentir, el miedo, como un recurso que nos permite accionar ante un peligro, condicionando nuestro cuerpo par la decisión que tomemos, por lo general entre cualquiera de estas opciones: pelear o huir.
Sin embargo, muchas veces se genera la angustia en nuestra mente ante situaciones que solo ocurren en nuestra mente… Luego ese miedo, reacción necesaria para nuestra supervivencia, se vuelve contra nosotros, generando todos sus efectos, que ante una situación real nos podrían salvar la vida, pero ante la poderosa creación de nuestra mente se tornan limitantes.
Los miedos son nuestros principales obstáculos para disfrutar de la vida que queremos y podemos tener, los miedos son esas vocecitas que nos dicen que es mejor no hacer algo, que es mejor no asumir un reto, que es mejor aguantar una situación porque el cambio puede ser peor… El miedo puede apoderarse de nuestro poder de decisión e interferir de forma negativa en todo lo que podamos hacer con nuestras vidas.
Vivir con sentido común, evitando peligros inminentes, usando nuestro análisis para tomar una decisión, es perfectamente válido, pero vivir con miedo es absolutamente limitador, es lo más cercano a cortarle las alas a un ave, es vivir sin poder demostrar el potencial que tenemos.
Nuestra mente es un instrumento maravilloso, súper complejo, tenemos que saber controlar nuestra mente y no permitir que ella nos controle a nosotros, entendamos que somos más que un cuerpo y que nuestra mente pertenece a nuestro cuerpo, pero somos más que ello, hay una consciencia superior, somos seres espirituales buscando utilizar nuestra vida en este plano para ampliar nuestras experiencias y acercarnos a la unión y la totalidad de la cual nos distanciamos solo en nuestra mente.
La vida comienza donde el miedo termina
Los miedos no nos permitirán aprovechar al máximo nuestra experiencia acá, harán una barrera entre lo que queremos y podemos hacer, y mientras más poder le demos al miedo, más interferirá en nuestro desarrollo en cualquiera de los planos en los cuales nos manejamos.
Venimos acá con la mejor disposición y los miedos nos hacen olvidar nuestra grandeza, nuestra conexión con todo lo que conocemos, no hay por qué temer. Cuando nos preocupamos demasiado por el futuro o por cosas que son inciertas, cuando sentimos que podemos perder algo que necesitamos, nuestra mente ante la incertidumbre y la poca tolerancia a la frustración siente miedo, siente angustia, esto desaparece cuando vivimos en el aquí y en el ahora, en nuestro momento presente, donde las están como tienen que estar y debemos vivirlas justo ahora, sin preocuparnos por los momentos y las situaciones futuras.
La vida comienza donde el miedo termina
Si vamos a dejar escapar nuestra mente hacia el futuro, procuremos que los pensamientos sean positivos, que nos ayuden a visualizarnos de la mejor manera, que los resultados sean como los esperamos, no dejemos que los pensamientos catastróficos invadan nuestra mente, que los pensamientos negativos turben nuestras decisiones, pensemos en positivo, sin miedo y vivamos el presente.
El desapego significa no sentir ningún remordimiento por el pasado ni miedo por el futuro; dejar que la vida siga su curso sin intentar interferir en su movimiento y cambio, sin intentar prolongar las cosas placenteras ni provocar la desaparición de las desagradables. Actuar de este modo es moverse al ritmo de la vida, estar en perfecta armonía con su música cambiante, a esto se llama iluminación.
― Alan Watts
Vía : EL Rincón del Tibet