A la hora de sanar el cuerpo humano, el dominio y el equilibrio de la propia energía se convierten en factores esenciales. No obstante, nunca hay que perder la perspectiva, y para todos aquellos que buscan o se dedican a la sanación mediante gemoterapia, les insisto una vez más: Si tienes algún problema o dolencia, o si sufres algún tipo de lesión o enfermedad, ve al médico o al hospital. Ninguna piedra ni ninguna energía va a sanarte por sí misma, por poderosa que sea; la medicina es sin duda una ciencia más que confiable, y que puede servirte de mucha ayuda.
Aún así, eso no significa que el uso de la energía o de las piedras sea inútil en absoluto.
Las piedras son útiles, sobre todo, para impulsar a la energía a sanar y reequilibrar todos los desórdenes que padezca nuestro cuerpo. Ayuda mucho a la medicina natural, como la homeopatía, y prepara al cuerpo para recibir los tratamientos necesarios de la medicina convencional. Por supuesto, tomar medicamentos y someterse a tratamientos es importante; pero éstos sólo actúan sobre la parte física y más inmediata del problema. Todas las sustancias que consumamos y procesos que atravesemos, van a tener su efecto en nuestro equilibrio energético, y ahí es donde la gemoterapia cobra su papel más importante.
Es importante mantener los niveles energéticos de nuestro organismo estables, y los chakras y el aura limpios. Al mantener nuestra vibración bien alineada y los circuitos energéticos activos, potenciamos los efectos de los tratamientos y propiciamos una buena recuperación. Es más, ni siquiera es necesario estar enfermo para recurrir a la gemoterapia como remedio. Como dice el dicho: mejor prevenir que curar. Someternos a gemoterapia, combinado con un buen cuidado de la higiene personal, para mantener nuestra espiritualidad y nuestros niveles energéticos de forma óptima, evitará que nuestro sistema inmune se debilite y contraigamos ciertas enfermedades comunes, como resfriados, gripes, infecciones, hongos, etc…
Es muy aconsejable utilizar el poder de las piedras en casos como los tratamientos contra tumores y cáncer. No, obviamente el poder de la gemoterapia no va a curar ningún cáncer, por desgracia. Pero sí ayuda mucho a las personas que lo padecen a soportar los efectos de terapias agresivas, como la quimioterapia.
Antes y después de las operaciones, por ejemplo, también es muy aconsejable aplicar gemoterapia para preparar el cuerpo, y ayudarle a cicatrizar y recuperar los tejidos después, pasando antes los famosos postoperatorios. En casos de enfermedades de tipo crónico, puede resultar beneficioso para evitar que los ciclos se repitan con demasiada asiduidad y para prevenir brotes y achaques. Ayuda a sanar lesiones de los músculos esqueléticos y heridas, y a la correcta reintegración de huesos rotos o fisurados, reduciendo las largas jornadas de rehabilitación. Para tratar contra enfermedades raras o de tipo víricas o bacteriológicas, puede usarse para fortalecer el ataque del sistema inmunitario. Incluso proteger a las personas propensas a la alergia o a las enfermedades de tipo respiratorio. Y así podríamos pasar un largo etcétera…
Está claro que la energía no sana el cuerpo por sí sola, pero ayuda a mejorar y a prevenir.
No obstante, donde quizá si podamos ver un efecto más directo, sea a la hora de tratar los aspectos más psicológicos de las enfermedades. Nuestro ánimo y nuestra psique tienen un efecto muy directo sobre nuestro organismo. Y como sabemos, si controlamos nuestra mente, podemos controlar su forma de afectar a nuestro cuerpo. Tienen un efecto hasta somático, llegando a paliar con el tiempo dolores, achaques, migrañas, sonambulismo, terrores nocturnos, insomnio… Cuestión de magia, energía o sugestión, lo dejo a elección del consumidor.
La gemoterapia no deja de ser un ejercicio de relajación mental y espiritual que abre nuestros canales a la energía curativa de las piedras.
Así que es altamente recomendable para personas que sufren trastornos como el estrés, la ansiedad, la depresión, etc. Incluso en personas que estén siguiendo terapias o medicaciones, y en caso de trastornos graves, es de gran ayuda para equilibrar la mente, sintonizarla con el cuerpo y evitar los ataques y crisis nerviosas derivados de la enfermedad.
Así que es altamente recomendable para personas que sufren trastornos como el estrés, la ansiedad, la depresión, etc. Incluso en personas que estén siguiendo terapias o medicaciones, y en caso de trastornos graves, es de gran ayuda para equilibrar la mente, sintonizarla con el cuerpo y evitar los ataques y crisis nerviosas derivados de la enfermedad.
Aquí les dejo una lista para que puedan relacionar las piedras según la zona del cuerpo que se vaya a tratar. No están todas, sólo las más importantes. Como guía creo que puede ser muy útil.
Parte del Cuerpo y Piedras
Cerebro
Ámbar, turmalina verde, turmalina azul (oscuro), berilo, ágata azul
Oído
Ámbar, obsidiana mahogany, obsidiana copo de nieve, celestina, rodonita, calcita naranja
Ojos
Aguamarina, berilo, calcedonia, crisoprasa, zafiro, charoita, turmalina azul, celestina, fluorita azul, ágata de fuego, ojo de gato, calcita naranja
Dientes
Aguamarina, cuarzo rutilado, fluorita
Cuello
Aguamarina, cuarzo
Hombros
Selenita
Tejido muscular
Cuprita, magnetita, danburita
Pulmones
Berilo, turmalina rosa, peridoto, rodonita, ámbar, dioptasa, kunzita, lapislázuli, turquesa, rodocrosita, sardónice, turmalina azul, crisocola, esmeralda, morganita
Bazo
Ámbar, aguamarina, azurita, heliotropo, calcedonia, obsidiana roja
Estómago
Fluorita verde, ágata de fuego, berilo
Intestinos
Berilo, peridoto, celestina, fluorita verde
Apéndice
Crisolita
Brazos
Malaquita, jadeíta
Próstata
Crisoprasa
Testículos
Jadeíta, topacio, cornalina, variscita
Manos
Moldavita, aguamarina, piedra de luna
Esqueleto
Amazonita, azurita, crisocola, calcita, cuprita, fluorita, ágata dendrítica, fluorita púrpura, sardónice, pirita
Sistema nervioso
Ámbar, jade verde, lapislázuli, turmalina verde, ágata dendrítica
Tuétano de los huesos
Fluorita púrpura
Glándula pineal
Rodonita
Glándula pituitaria
Pietersita
Mandíbula
Aguamarina
Garganta
Aguamarina, berilo, lapislázuli, turmalina azul, ámbar, jaspe verde
Tiroides
Ámbar, aguamarina, azurita, turmalina azul, citrino
Timo
Aventurina, turmalina azul
Corazón
Cuprita, cuarzo rosa, charoita, rodonita, granate, dioptasa
Hígado
Aguamarina, berilo, heliotropo, cornalina, jaspe rojo, charoita, danburita
Vesícula biliar
Cornalina, jaspe, topacio, calcita, citrino, cuarzo amarillo, ojo de tigre, calcedonia, danburita
Cornalina, jaspe, topacio, calcita, citrino, cuarzo amarillo, ojo de tigre, calcedonia, danburita
Riñones
Aguamarina, berilo, heliotropo, hematites, hadeíta, nefrita, cuarzo rosa, citrino, calcita naranja, cuarzo ahumado, ámbar, moscovita
Páncreas
Turmalina roja, ágata azul, crisocola
Columna vertebral
Granate, turmalina, labradorita, berilo
Trompas de Falopio
Crisoprasa
Sistema reproductivo femenino
Cornalina, piedra de luna, amazonita, crisoprasa, ámbar, topacio, unakita, obsidiana negra
Vejiga
Topacio, jaspe, ámbar, calcita naranja
Sistema circulatorio
Amatista, heliotropo, calcedonia, cuprita, hematites, jaspe rojo
Venas
Variscita, pirolusita, obsidiana copo de nieve
Rodillas
Azurita, jadeíta
Articulaciones
Clacita, azurita, rodonita, magnetita
Piel
Azurita, jaspe marrón, jaspe verde
Pies
Ónice, cuarzo ahumado, apofilita
Sistema endocrino
Ámbar, amatista, jaspe amarillo, turmalina rosa, ágata de fuego
Sistema inmune
Amatista, turmalina negra, lapislázuli, malaquita, turquesa
Tracto digestivo
Crisocola, jade rojo, jaspe verde
Metabolismo
Amatista, sodalita, pirolusita
Espalda
Malaquita, zafiro, lapislázuli
Pelvis
Cornalina
Capilares
Ágata dendrítica
Fuente: elespiritudelcristal.blogspot.com