EJERCICIO DE RESPIRACIÓN DINÁMICA








SISTEMA METAFISICO
Como ya te has dado cuenta, “en el plano altísimo en que vive el metafísico, se eliminan: las luchas, los esfuerzos inútiles, las complicaciones, la confusión, y tantas otras cosas que dificultan la vida y que le quitan el placer al placer. Esto se debe a que es un plano mental-espiritual en que no es necesario emplear sino Principios, y toda la gama de efectos se efectúan solos.
El buen metafísico sabe cumplir con las Leyes de la buena salud, pero no tiene que vivir pendiente de los ínfimos detalles y la plétora de cono­cimientos que inhiben y limitan la vida de los sectarios que se van por las ramas y van a caer en una maraña de hojas, en vez de mantener en mente los Principios, para mayor sencillez, sin desviarse.
Por ejemplo, en la respiración. La mayoría se desanima al poco de comenzar el estudio de la respiración rítmica, porque es una operación larga, complicada, minuciosa, y en la vida moderna occidental no hay tiempo para la contemplación. La norma de nuestra Era es pues, la sim­plificación, la descongestión, el camino corto, la eficiencia, la rapidez, lo práctico. . . pero, con satisfacción en el cumplimiento y en los resultados. Que no quede la cosa “manga por hombro”, pero que tampoco se des­perdicie la energía. EL DINAMISMO es el orden del día. Aquí está pues el dinamismo respiratorio, o lo que es lo mismo RESPIRACIÓN DINAMICA basada en el sentido común que es la Sabiduría Divina expresada en el plano terreno. Ahora verás. Te va a gustar mucho.
¿Sabes tú tomarte el pulso? Porque hay muchas personas que, o no se lo encuentran, o no saben ni donde les queda. Pues el pulso se siente presionando con la yema del dedo índice izquierdo, la base del pulgar derecho o viceversa, pero justo encima de la muñeca. Tantea para que en­cuentres el punto en que late más fuertemente. El pulso una vez que te lo encuentres no lo pierdas, por supuesto, la importancia de esto es solamente para hacer una respiración controlada y rítmica y para los efectos, también se puede practicar con un metrónomo.
Ahora comienza a practicar respirando profundo durante cuatro pul­saciones; deteniendo el aliento durante cuatro pulsaciones; botando todo el aire durante cuatro pulsaciones; y deteniéndote de nuevo durante cuatro pulsaciones. O sea, que la inhalación debe ser rápida, profunda, comple­ta, ensanchando el pecho. La exhalación debe ser también rápida, completa y hundiendo el estómago para que ayude a salir todo el aire de los pulmones. Los intermedios no ahogan, no presentan peligro.
Sin parar, entre un movimiento y el otro y de acuerdo con tus pul­saciones, comienza a respirar: Uno, dos, tres, cuatro; detén la respiración, uno, dos, tres, cuatro; ve soltando el aire, uno, dos, tres, cuatro; no res­pires, uno, dos, tres, cuatro; respira de nuevo, uno, dos, tres, cuatro… y así sucesivamente. Practica mucho hasta que sepas muy bien hacerlo porque ahora vas a pensar en la Llama Violeta mientras respiras. Respira, cuenta y piensa en el color Violeta.
Segunda parte del movimiento:
Cuando tú inhalas, naturalmente piensas que te estás llenando los pul­mones de aire (si es que piensas en ese momento). En este caso, piensa que te estás llenando los pulmones de Luz Violeta. La luz irradia de modo que cuando detienes la respiración durante las próximas cuatro pul­saciones, piensa que la luz sigue hasta más allá de tus pies. Esto, en rea­lidad, equivale a que estás impregnando tu sistema digestivo, intestinos, etc. y toda la corriente sanguínea, de manera que si tienen algún mal digestivo la Luz Violeta te lo compone.
Cuando exhales, piensa que la Luz sigue de la caja del cuerpo hacia arriba llenando la cabeza, lo cual tiene el efecto de haber así impreg­nado tus tres vehículos: físico, emocional y mental. Si algo marcha mal de la cintura para arriba, queda así purificado.
Ahora, cuando detengas por segunda vez la respiración, después de haber exhalado, piensa que estás proyectando la Luz en cuatro ondas, una por cada pulsación, hacia afuera, hacia la gente y el mundo.
Este último movimiento es el que tú utilizas para favorecer a alguien que necesite ayuda o que tú desees curar.
La explicación hace que el método parezca tardío para ponerlo en práctica, posiblemente también se tarde uno hasta verlo muy bien; pero luego en la práctica se ve lo sencillo y rápido que es, y resulta ser una forma dinámica e infalible para lograr todo lo que te voy a enumerar. Esto es curativo, compensador, ajustador y muchas cosas más que vas a ver.
Se puede hacer esta respiración tres veces por la mañana y con la Llama del día. Azul el Domingo, Amarillo el Lunes, Rosado el Martes, Blanco el Miércoles, Verde el Jueves, Rubí el Viernes (que es un poco tirando a ciclamen) y Violeta el Sábado.
AZUL.-Para sentirse libre de algo, ataduras, cuando sientas temor, nerviosismo, debilidad o cuando quieras sentir fe, necesites protección o fuerzas, haz de una a tres respiraciones a voluntad con la Luz Azul.
AMARILLO.-Cuando estudies o leas (para leer la Biblia especial­mente) cuando necesites ideas, o para agudizar la inteligencia, cuando “pidas luz”, cuando necesites información, sabiduría. Haz de una a tres respira­ciones con luz amarilla.
ROSADA.-Cuando sientas desagrado hacia alguien o algo. Cuando te sientas sin amor hacia un sector de la humanidad o hacia alguna orga­nización. Hazlas con la luz rosada.
BLANCA.-Cuando te sientas deprimido, triste, cuando estés cansado, agotado, cuando estés fallo de entusiasmo para cualquiera empresa o tra­bajo. Hazlo con la Llama Blanca.
VERDE.-Cuando tengas algún órgano “enfermo” o que estés mani­festando malestar en cualquier parte del cuerpo, cuando quieras saber la Verdad, o cuando creas que algo o alguien te engaña. Hazlo con la Llama Verde.
RUBÍ (Ciclamen).-Antes de dormir, cuando estés desvelado, cuando te sientas bravo, violento, perturbado, molesto, especialmente cuando te sientas pobre o corto de dinero. Esta es la llama de la Proveeduría y de la Paz.
La proyección de la Llama en el último paso de la respiración, es una petición especial que ha hecho el Ascendido Maestro Saint Germain.
Más arriba aún, en el Plano Espiritual, si es que tu mente ha llegado a funcionar en El (Plano Espiritual) exclusivamente todo lo anterior queda suprimido. Sólo hay que afirmar: “YO SOY EL ALIENTO QUE EQUI­LIBRA” y esto pone en movimiento la actividad interior que mantiene lo exterior en perfección. Pero esto es un estado de conciencia muy alto. Si no lo comprendes aún, debes poner en práctica la Respiración Dinámica. Y si esta última te parece demasiado simple, todavía no es para ti.
Fuente: Revista metafísica “El Nuevo Pensamiento”. Conny Méndez. Año 1. Número 4. 1970