ENERGÍA TAQUIÓNICA : UTILIZADA POR JESÚS
















La energía taquiónica, es neutra, se mueve a 27 veces la velocidad de la luz, es la energía del pensamiento, cuando vibra en la alta frecuencia del amor.
Fue la energía que utilizó Jesús, para realizar los sucesos extraordinarios que llamamos milagros.
Él demostró, que vibrando, en la altísima frecuencia del amor, la mente puede dirigir la energía taquiónica, la energía del pensamiento, para elevar la energía vital de los enfermos, realizando curaciones extraordinarias, y aun levantándolos de la muerte, o para aumentar la frecuencia propia de vibración del agua hasta convertirla en vino.
El amor es neutro, no tiene polaridad, vibra en altísima frecuencia; su energía que no tiene masa, pertenece al plano espiritual y mental, donde existe de acuerdo a la voluntad del observador.
¿Qué es la Energía Taquiónica?
Los taquiones son partículas subatómicas que viajan más rápido que la luz.
Son partículas que infunden a la materia física con luz espiritual.
La taquionización es un proceso tecnológico que impregna a la materia física con una cantidad incrementada de taquiones y por lo tanto permanentemente cambia las propiedades cuánticas de los núcleos atómicos que componen a esa materia.
La composición química no es alterada, el cambio ocurre a nivel subatómico.
La tecnología Taquión incrementa grandemente la eficiencia de las cremas naturales, los suplementos alimenticios y el agua vitalizada.
Porque decrece la entropía de la materia física revierte el proceso de envejecimiento y fortalece el sistema inmunológico.
También armoniza los caóticos campos electromagnéticos en el ambiente de la vida humana. Ya que los taquiones influencian igualmente a nuestro cuerpo físico y a nuestros cuerpos de más alta energía, ellos aceleran nuestro crecimiento espiritual dramáticamente.
Por todas las razones mencionadas arriba la energía de taquión tiene un efecto muy positivo en nuestra salud y bienestar.
La materia de este universo es un producto de una tensión dinámica entre el Absoluto y la fuerza de la contingencia.
La fuerza de la contingencia se expresa a sí misma a través de las fuerzas físicas básicas que sostienen a la materia junta así que no se disuelva de regreso al Absoluto: la fuerza nuclear fuerte, la fuerza nuclear débil, el electromagnetismo, y la gravitación.
Todas estas fuerzas están sujetas a la ley de la entropía que es la fuerza básica de resistencia contra la voluntad del Absoluto.
Lo opuesto a la ley de entropía es la ley de sintropía que se origina del Absoluto y libera la conciencia y la materia del control de las fuerzas físicas básicas.
La centropía es una fuerza que armoniza los campos de energía caótica en una compleción unificada y permite la trascendencia de limitaciones de tiempo y espacio como son definidas con las constantes físicas básicas del universo entrópico: velocidad de la luz, la constante de Planck, la constante fina de la estructura, etc.
La Energía de la Unicidad se origina del Absoluto y se densifica a través de las varias dimensiones del universo.
Cuando la Energía de la Unicidad alcanza la dimensión del Alma, crea un campo de energía armónica que los físicos llaman energía de punto cero.
Esta energía entonces se densifica a través de campos de energía del plano mental, astral y etérico y puede ser aprovechada en el plano físico con aparatos especiales, las llamadas cámaras de energía libre.
Los físicos saben que el vacío en realidad no está desocupado sino que está lleno de estados potenciales energéticos de los que las partículas nacen. La energía oculta en el vacío es casi infinita y puede ser usada sin gran gasto.
Por lo tanto se espera que llegará a ser la fuente principal de energía para la humanidad en el futuro.
Cuando la Energía de la Unicidad se densifica a través de las dimensiones y desde el infinito entra al tiempo y al espacio, empieza a manifestarse como partículas.
Las primeras partículas que son creadas son los Taquiones.
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