RAMTHA : LA MÚSICA DE LAS ESFERAS
















Luz, entidad; el pensamiento es el más elevado de los sonidos, que sin ser escuchado es todo sonido. La luz, al ser el primer cuerpo de lo que se llama el pensamiento, emite sonido a través de su vibración, su entendimiento vibratorio. Mientras las cosas vibran, entidad, en diferentes niveles, y aparece la luz —y sus diferentes colores tienen diferentes sonidos—, y mientras los colores juegan en el espectro, los colores resuenan con sonido. Aquellos que vienen a este plano y están poseídos por el sonido de tal manera que intentan perfeccionarlo arduamente con lo que se llaman instrumentos, están haciendo esto como una representación y una réplica, entidad, de los sonidos en las esferas mayores de los cuales son conscientes.
Éste es el único plano en el que no puedes escuchar la música de la luz, pues es el único plano desprovisto de luz en la mayor parte de sus experiencias, en favor de la oscuridad. En todos los otros planos tú puedes oír la música; es cierto. Es como un susurro; y mientras la luz cambia y evoluciona, se vuelve más grande en su entendimiento vibratorio, más alta en su tono y más suave. Y de hecho así es, la luz evoluciona y crece y se manifiesta a través del pensamiento: pensamiento, palabra, acción. Los sonidos son más bajos en sus escalas y sin embargo toda la vida, simultáneamente con cada uno de ellos, están creando, momento a momento, un tono diferente, y los diferentes colores del espectro de la luz están entregando la música de Dios en todos los planos. Éste es el único plano en el que no la oyes; y de este modo es el único plano en el que se ha duplicado para lo que llamaríamos el recuerdo del hombre y su memoria. Y la música, toda ella significa amor.
Todo esto te acerca a un mejor entendimiento de cómo es su casa: ellos son herejes en este plano. Vienen de amplios reinos, donde son señores soberanos y donde emana música de sus seres y de su propio pensamiento. El sonido también tiene olor: dulce. Los colores tienen olor: variado. Y ninguno es despreciable, todos ellos son maravillosos. De este modo, la luz es del blanco más puro. El sonido tiene tal tono, entidad, que no puede ser es-cuchado, pues se aquieta en el pensamiento. La luz blanca, y así es de hecho — los colores del espectro del arco iris, que son todos los colores en este plano—, es un solo matiz en el quinto plano. Y en el momento que todos los colores aparecen, entidad, los sonidos emanan de las divisiones de color y luz, y así, cuando ellos se juntan, florecen. Maravilloso.
La flor hecha la semilla en la tierra, y la semilla tendrá un tono elevado de sonido. Cuando el tallo crezca, será en verdad pálido y su sonido elevado, susurrante y suave. Hermoso. Y al reverdecer, el sonido se volverá vivido. Y cuando el tallo brote y salgan los capullos, el sonido se convertirá en innumerables sonidos, pues el color estará siendo exhibido.
Y cuando el capullo se abre —en el preciso instante de su nacimiento, en la profundidad exacta del color de cada pétalo, en cada vena, en la gama de sus colores— está emitiendo sonido simultáneamente en un movimiento armonioso que marcha al compás de la semilla, pero es una flor. Y los planos con flora existen en todas partes. Y el cielo, entidad, está embelesado en su propio ser, pues hay montañas, llanos y valles, en verdad, que emiten sonidos procedentes de todas partes. El sonido es la vida resonando en su belleza.
Ahora, el instrumento más cercano que tenemos aquí para duplicar lo que son los sonidos es tu arpa y todas sus cuerdas. Desde el tono más agudo, que sería la luz más pura, casi inaudible, hasta las profundidades de su personificación, hasta la masa plena y robusta de lo que se llama luz y color. La luz es sonido, pero el sonido nace de la luz en un entendimiento vibratorio. En este plano, el hombre escucha una música que es indefinible. Y usa su boca para tararear, y usa instrumentos para recrear los innumerables sonidos musicales que ha escuchado y de los cuales es consciente, pues su cuerpo vibra hacia ellos.
Y así, entidad, la música se ha convertido en el lenguaje universal, pues todos los que la escuchan —aunque no hablen el mismo idioma—, se vuelven comunicativos unos con otros. La música es esto en esencia, entidad, los sonidos de Dios y de la vida.
Los orígenes de la civilización humana – Ramtha
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