POR VERONICA HEILAND
En la última cena estando todos sus discípulos reunidos menos uno, Jesús les anunció que sería entregado. Horas antes Él mismo había hablado con Judas Iscariote, su gran amigo, y le había pedido que simulara una traición ante los sacerdotes del Sanedrin, ya que el Plan Divino estaba en marcha: para poder cumplirlo, Jesús debía morir ante los ojos de las personas que lo seguían, pero especialmente de aquellas que dudaban de su Mensaje de Amor.
Judas aceptó su parte en el Plan, con mucho pesar pero entendiendo que era necesario, en ese momento y de esa manera, realizarlo tal como se lo pedía Jesús. Mientras sus hermanos de misión cenaban juntos y compartían el Vino de Vida y el Pan de Conciencia, el Iscariote cumplió con su cometido.
Los sacerdotes le entregaron una bolsita con denarios. Eran 33 exactamente. Número maestro que nos trae hoy a la conciencia el cambio de vibración que iba a producirse en el grupo de seguidores, muchos de ellos esenios y la mayoría de ellas mujeres. Por otro lado cada denario representaba a una mujer de esas seguidoras, que llevarían con su enseñanza como mujeres, esposas, hijas y madres, una luz crística radiante para legar a su linaje. Es decir, luego de la crucifixión de Jesús, hubo 33 mujeres surgidas del seno de sus enseñanzas, que fueron anclando la conciencia crística en el planeta. Muchas de ellas viajaron a tierras lejanas, y así a través de sus úteros, cual cálices sagrados, fueron procreando y entregando al mundo seres de alta vibración crística. Estos niños nacidos fueron en su tiempo, el equivalente de la renovación energética para el planeta como lo fueron hace unos años los niños índigo, luego los cristal y actualmente los que están llegando con la energía diamante.
Cuando el Plan de Jesús se llevó a cabo, Judas Iscariote no pudo soportar el dolor, la burla, el desprecio y la humillación que comenzó a sufrir por parte de sus hermanos de fe. Él no podía explicarles lo que verdaderamente había sucedido, y que en realidad volverían a ver al Maestro, pues era traicionar la confianza que Jesús había depositado en él. Es hora de comenzar a conocer la otra parte de la historia, y así poder entender la gesta de Cristo con una visión superior.
En esta Pascua, tiempo de Resurrección, vivamos la resurrección de nuestros corazones en un estado de elevación y esperanza, meta a la que aspiramos quienes queremos un mundo más armonioso, amoroso y pacificado.
En esta Pascua, reconozcamos en nosotros la esencia de Cristo, sin dolor, sin sufrimiento. Jesús desea que lo traigamos vivo y dispuesto a actuar en la caricia al hijo, la mano tendida al hermano, la eterna sagrada Presencia divina manifestándose en cada momento y lugar, desde nosotros hacia el mundo.
Bendiciones de mi corazón al tuyo, Yo Soy Marta de Betania. Verónica Heiland. ©
Si vas a compartir te agradezco que respetes el texto y la fuente, honrando así mi tarea en la Luz.
Te dejo aquí una versión renovada de la oración más conocida del cristianismo
PADRENUESTRO RENOVADO
Padre Nuestro que estás en todas partes,
sagrados son tu Nombre y Palabra.
Vive en nosotros tu Reino,
Se hace tu Voluntad de Paz y Amor
en la Tierra como en el Cielo.
Danos tu Pan cada día
Y perdona nuestra ofensas
Como nosotros perdonamos
a quienes nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación
Y líbranos del Mal
Amén