En el mismo lugar donde hace exactamente cien años se les apareció por sorpresa «una Señora más resplandeciente que el sol», el Papa Francisco ha canonizado el sábado a Francisco y Jacinta Marto, dos de los tres pastorcillos que, junto con su prima Lucia dos Santos, cuidaban las ovejas y jugaban a construir una casita con piedras el mediodía del 13 de mayo de 1917.
Ante más de medio millón de peregrinos venidos de todo el mundo- muchos de los cuales habían pasado la noche al raso en la explanada y otros ni siquiera pudieron entrar-, el Santo Padre ha comentado que «tenemos ante los ojos, como ejemplo para nosotros, a san Francisco Marto y santa Jacinta, a quienes la Virgen María introdujo en el mar inmenso de la Luz de Dios para que lo adoraran».