POR SOLANGE MARÍN
Llevo todos nuestros recuerdos dolorosos al centro de mi Corazón Sagrado y los envuelvo y sello para siempre con las llamas del amor divino, la sabiduría divina y el poder divinos. Con estas llamas del fuego sagrado te libero, y me libero.
Aquí y ahora invoco la llama violeta de la transmutación de Arcángel Zadkiel y decido perdonarme y perdonarte. Me perdono y te perdono y pido una liberación y sanación completa de los dos y de todos los involucrados, en todas las direcciones del tiempo.
Pido la liberación kármica para nosotros en todos los niveles de nuestro ser físico y espiritual para que yo nunca más sea afectado, distraído, retrasado o herido por tus acciones, ni tú por las mías.
Aquí y ahora Yo invoco la luz blanca del Altísimo Dios del Universo para que llene mi corazón y el tuyo.
Aquí y ahora Yo invoco la luz blanca del Altísimo Dios del Universo para que llene mi corazón y el tuyo.
Cualesquiera que sean las lecciones que acordamos aprender uno del otro, en esta encarnación y en cualquier otra, decreto y afirmo que estoy dispuesto a aprenderlas de forma amorosa, y pido porque tú también aceptes el amor, la alegría y la sabiduría de este aprendizaje.
Aquí y ahora invoco la llama rosa del amor divino de Arcángel Chamuel y con ella nos envuelvo y te perdono y me perdono por todos los momentos en que me he sentido traicionado por ti. Te perdono y me perdono por todos los momentos en que me he sentido herido por ti.
Te perdono y me perdono por todas las ocasiones en que he dejado salir lo peor de mí como consecuencia de tus actos.
Te perdono y me perdono por todos los pensamientos de baja vibración que he dirigido hacia ti. Te perdono y me perdono por todas las intenciones no amorosas que te he mandado. Te perdono y me perdono por todos los pensamientos, palabras y acciones despectivos que he tenido hacia ti. Te perdono y me perdono por todo el dolor que he ocasionado y pido que me perdones y me liberes como yo a ti.
Aquí y ahora Yo Soy invocando el rayo rojo rubí de Cristo Maitreya para que nos transforme de pies a cabeza, en todas las direcciones del tiempo, y pido que los dos seamos perdonados y liberados de toda lucha de poder, de todo dolor, todo trauma, toda distracción de la luz, todo retraso en la evolución y toda separación que nos hayamos causado el uno al otro.
En nombre de la presencia Crística en mí y en ti, que el rayo rojo rubí transforme en paz nuestra realidad de dolor en esta y en cualquier otra encarnación y en todas las dimensiones del tiempo y la realidad.
Te agradezco de todo corazón que me hayas escogido para enseñarme y aprender las lecciones más difíciles, que no hubiéramos podido aprender o enfrentar de otra forma.
Te honro por aceptar este papel en mi vida porque eso implica un gran amor entre nosotros aunque aún no podamos entenderlo.
Te agradezco y respeto infinitamente por toda la energía y tiempo que has invertido en nuestra interacción y enredo kármico.
Yo Soy aquí y ahora entregando y soltando completamente este enredo kármico a Dios Padre/Madre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo y pido una limpieza y purificación completas de todas nuestras interacciones, y pido que sus efectos dolorosos sean borrados en todas las direcciones del tiempo y dimensiones de la realidad para todos los involucrados.
Cualquier cosa que suceda entre nosotros de aquí en adelante, lo entrego de antemano a la Triple Llama Sagrada del Amor Divino, la Sabiduría Divina y el Poder Divino de Dios.
Aquí y ahora pido ver a Dios en ti y en mí y pido amarte como me amo a mí mismo. Pido verme y saberme merecedor de Dios, de ser uno con Dios y de encarnar a Dios de la mano contigo.
Tú eres un reflejo de mi mismo; eres la parte externa de mi ser; lo que está dentro de ti, está dentro de mi; lo que te envuelve, me envuelve, y mientras nos unimos y purificamos en el amor y la compasión, nuestra separación y nuestros conflictos se acaban.
Ya no hay más oscuridad entre nosotros porque ahora te llevo en mi corazón. Te llevo en la Unidad con Dios y te agradezco por todos los actos pasados y futuros, sin importar sus causas ni la forma en que se hayan interpretado para el desenvolvimiento de nuestra realidad compartida.
Le ofrezco a Dios esta cercanía que tenemos y ahora llamo y acepto la voluntad divina para ti y para mí.
Aquí y ahora Yo Soy invocando, decretando y afirmando que me acepto a mí mismo como merecedor de llevar la Unidad de Dios dentro de mí, Dios dentro de Ti, sin más separación ni lucha entre nosotros de aquí en adelante.
Y esto está hecho en el nombre de la Divina Presencia Yo Soy Dios en mí y en ti.