En un mundo que está lleno de constantes cambios y donde cada día nos cuestionamos sobre la dirección de nuestros pasos, es importante darse un tiempo para reflexionar sobre lo que es realmente importante para cada uno de nosotros... y re direccionar nuestro rumbo. Cada uno de los obstáculos que se presentan a nuestro paso pueden ser percibidos como bendiciones, si te encargas de verlos sin juzgarlos y simplemente confiando en la gracia de Dios en momentos difíciles.
Como un buen final de año... a puertas del tan esperado 2012... Es importante saber con certeza ¿en qué lugar nos encontramos? ¿Realmente nos estamos dirigiendo a dónde queremos? ¿Estoy haciendo lo que tengo que hacer en este hermoso planeta? Puede que en este momento no estés viviendo de la manera que has deseado, pero es tiempo para definir cómo quieres seguir viviendo de ahora en adelante...verificando lo que verdaderamente tiene valor para ti. En estos momentos, me he dedicado más que a escribir... a observar el contenido de mis “armarios mentales”, me he encontrado con antiguas creencias y apegos que decido dejar partir.
Ha sido un tiempo en donde he sentido el amor de Dios muy cercano... quizás he estado atenta a escuchar su voz con mi silencio interno y he dejado que tome forma a través de los ojos de todos aquellos que sufren o que sienten dolor... Me he dado cuenta que soy afortunada al ver la vida de otras personas, he sentido mucho pesar de ver su dolor, los he sentido cercano y he podido experimentar su propia angustia... el saber que cada ser humano está unido a mi, me lleva a contemplar su dolor como el mío y desear de todo corazón el poder hacer algo,indiferentemente si el otro merezca tales circunstancias de vida o no... Lo importante es tener la certeza que existen centenares de personas que con devoción dan lo mejor de sí para realizar un hermoso trabajo de entrega y servicio... y que cada uno de nosotros puede también colocar su grano de arena, a su manera…siendo de un sólo sentir.
He visto las consecuencias del Dragón del miedo y cómo dejamos que llene nuestro castillo interior con su presencia...ahora tengo la certeza de que la mayoría de nuestros sufrimientos derivan de nuestro temor y apego al cuerpo físico. Esto obviamente no quiere decir que voy a destruirlo o intentar aniquilarlo... hoy puedo decir que gracias al Dragón del Miedo, puedo hacer contacto con mi vulnerabilidad y la abrazo sintiendo que sin Dios en mi vida no soy nada... que sólo en sus brazos estoy segura.
La vida nos va marcando un sendero de servicio, amor y devoción... que algunas veces nos rehusamos seguir pero que si estamos atentos a la paz que queda luego de un caos, sentiremos la presencia de Dios a nuestro lado y un anhelo del alma de hacer su voluntad. Mira cada prueba que te toca vivir como una oportunidad para sentir el poder de su gracia y su voluntad.