Amado guerrero y Jefe del Ejército Divino, yo me consagro hoy a tí. Escúchame, así como lo hiciste con el Profeta Daniel en tiempos antiguos.
Líbrame excelso Príncipe, de los errores de la densidad, y protégeme contra mis enemigos visibles e invisibles.
Apresura el triunfo del Inmaculado Corazón de María, y mi ascensión a la Quinta Dimensión.
Acompáñame en todos los caminos de la vida, y acepta mi consagración, por los Méritos de la Madre María a quien Tú y yo servimos.
Mi agradecimiento eterno por tu asistencia y permanente presencia.
Nota mía: La tradición durante muchos años ha honrado la memoria del Arcángel Miguel, el día 29 de Septiembre.
Te recomiendo usar esta consagración canalizada cada que lo estimes conveniente, pues la considero valiosa. El Arcángel está muy atento a las peticiones de quienes se consagran a El.
Bendiciones, José Gabriel Agesta.
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